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Apuesto al amor y a nuestra común humanidad

AUTOR

Si hay algo que aprendido, en mi trayectoria y ahora más que estoy llegando a los 50, es que si una persona no apoya los derechos LGBTQ+ de entrada no necesariamente es homofóbica.

Puede ser que sea desconocimiento, haya tenido mala información y sí, algo de prejuicio (todos los tenemos y vamos desaprendiéndolos); pero, eso en sí mismo no es homofobia.

El mantenerse en la posición tras declararse a favor de la libertad y exigir que se respeten sus propios derechos, pero violentando los de las personas LGBTQ+, es homofobia.

Ilustración | Adobe Stock

He aprendido que tenemos que hablar con la gente, que tenemos que potenciar nuestra común humanidad para acercarnos a la gente que puede convertirse en aliada.

Después de todo, lo que exigimos es respeto. Usted puede creer lo que quiera, pero no me lo puede imponer a mi. Tampoco pretendemos imponer nuestras creencias, solo que nos respeten.

He descubierto, a través de mis interacciones con seres humanos que no conozco, pero más aún, con quienes he desarrollado relaciones humanas por ser vecino, por mi trabajo, por el mero caminar por la vida, que la cotidianidad derrumba prejuicios.

Es fácil mantener prejuicios desde lo abstracto, desde la teoría. Es difícil sostenerlos cuando, en el día a día, te relacionas con personas diferentes a ti.

Siempre hay un espacio para el respeto; pero sobre todo, para encontrar que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

Apuesto al amor y a nuestra común humanidad, siempre. 

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