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Mujeres que florecen en la sombra

“Flor de Presidio” no es solo una denuncia, es también una exploración de la dignidad femenina

SAN JUAN, Puerto Rico

Por Sirio Álvarez , Pride Society Magazine

La obra teatral Flor de Presidio, escrita por el dramaturgo puertorriqueño Juan González Bonilla y estrenada originalmente en 1989, bajo la dirección de Dean Zayas, regresa a los escenarios con una fuerza renovada. Esta nueva puesta en escena, dirigida por Miguel Vando, se presenta del 4 al 6 de abril de 2025 en la Sala de Drama del Centro de Bellas Artes de Santurce, con un elenco estelar que reúne a Marilyn Pupo, Idalia Pérez-Garay, Linnette Torres, Wanda Sais, Yamaris Latorre, Aida Encarnación y la participación especial de Cristina Sesto. Es una producción de Edwin Ocasio y Edwin Batista para Contraparte, celebrando 35 años haciendo excelentes producciones. Qué honor poder contar con el escritor, Juan González, en la noche de estreno.

La obra cuenta la historia de Roberta, una mujer marcada por años de violencia doméstica, que termina en prisión tras matar a su esposo. Allí comparte celda con otras cinco mujeres: Monserrate, La Chichi, Muñeca, Mano Blanca y Alma. Cada una llega con su propio dolor, su propia injusticia, y juntas forman un microcosmos de resistencia y redención dentro de los muros carcelarios. Lo que las une no es solo el encierro, sino el tejido de sus historias: un sistema que falla a las mujeres, especialmente a las más vulnerables. Con ellas una jefa de custodia que representa la opresión y corrupción del sistema carcelario.

Esta versión dirigida por Vando aunque usa el libreto original, que es una gloria, la hace muy suya. La puesta en escena es intensa, dejando que el texto hable con su propio peso, sin distracciones innecesarias. Las actuaciones son muy comprometidas, logrando una química poderosa entre las actrices que se siente orgánica y necesaria. Cada una de ellas aporta matices únicos a sus personajes, transformando el espacio en una celda en donde florecen la empatía, la furia y la esperanza. Quiero destacar los personajes principales, Roberta, Monserrate y Alma (Marilyn Pupo, Idalia Pérez-Garay y Wanda Sais); pero sin dejar de reconocer la simpatía y chispa que dan La Chichi y Mano Blanca (Linnette Torres y Aida Encarnación). Quiero mencionar que a estas 7 actrices las complementan otras 7 como presas y oficiales de custodia (Wilmylied López, Isarah Hernández, Sonia Ramírez, Amnerys Quiñones, Laurianne González, Fabiola Hernández y Ariana Torres), para un total de 14 mujeres en escena.

Flor de Presidio no es solo una denuncia, es también una exploración de la dignidad femenina. A través de estas seis mujeres, el público es confrontado con preguntas necesarias sobre justicia, culpa, maternidad, libertad y redención. No hay héroes ni villanos, lo que hay son vidas reales, quebradas por estructuras sociales y jurídicas que no ven más allá de los expedientes criminales.

En su retorno a la escena la obra conserva su relevancia. En un país en el que la violencia de género y la desigualdad siguen marcando titulares, Flor de Presidio sirve como un espejo necesario. Nos recuerda que hay mujeres que aún esperan ser vistas, comprendidas, reivindicadas.

La escenografía y vestuario son excelentemente diseñados por Miguel Vando (solo ver esa escenografía vale el boleto de entrada), Iluminación de Ana Salgado y maquillaje de Carlos Muñoz. Fueron los complementos necesarios para dar esa visión de estar dentro de una cárcel. Felicitaciones a la producción.

Solo dos funciones adicionales, hoy sábado y matiné domingo. Date cita con la verdad tras las rejas.

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