Más luz, más diversidad, más visibilidad: así son los nuevos bares deportivos liderados por mujeres
SAN JUAN, Puerto Rico
Redacción PSM
La pasión por el deporte femenino no solo se vive en las canchas, los estadios o las plataformas de streaming. Ahora también se sirve en barra. En lo que va de 2025, Estados Unidos ha visto un crecimiento histórico de bares deportivos dedicados exclusivamente a la transmisión de eventos protagonizados por mujeres, y todo apunta a que este fenómeno continuará en ascenso.
Según un análisis de NBC News, se espera que para finales de este año la cantidad de estos establecimientos se cuadruplique: de apenas seis a comienzos de 2025 a más de 24 antes de que finalice diciembre. Ya han abierto tres nuevos bares en lo que va del año y hay al menos 14 más en planes de construcción o apertura en diversas regiones del país, desde grandes ciudades como Nueva York y Chicago hasta otras más pequeñas como Pittsburgh, Omaha o Kansas City.
Entre las más recientes aperturas se encuentran Title 9 Sports Grill en Phoenix y 1972 Women’s Sports Pub en Austin, Texas. En Omaha, Nebraska, el bar SET the Bar abrirá sus puertas este viernes, justo a tiempo para el inicio del torneo de baloncesto femenino March Madness.
La fundadora de este último, Molly Huyck, explicó que la inspiración surgió tras visitar The Sports Bra, el primer bar deportivo para fanáticos del deporte femenino, fundado en 2022 en Portland, Oregón. “Quiero un espacio donde no haya que pedir que pongan el juego de mujeres, ni el volumen, ni permiso para estar”, comentó Huyck, quien dedicará el proyecto a su hermana Kelsey, fallecida en 2023 y fanática del deporte femenino.
Visibilidad en pantalla y detrás de la barra
El auge de estas barras coincide con un notable aumento en la audiencia del deporte femenino en los últimos años. Solo en 2023, más de 92,000 personas asistieron en Nebraska a un partido de voleibol universitario femenino, y la final del torneo de baloncesto de la NCAA, entre Iowa y South Carolina, fue el juego de baloncesto más visto —superando incluso a los torneos masculinos y profesionales— con 18.9 millones de televidentes.
También se destacan las cifras récord de la WNBA, que vivió su temporada con más audiencia en dos décadas, impulsada por figuras como Caitlin Clark. En paralelo, la liga nacional de fútbol femenino (NWSL) firmó un acuerdo de $240 millones por derechos televisivos y duplicó su audiencia con respecto al año anterior. La Professional Women’s Hockey League, por su parte, superó los 40 millones de vistas en su primera temporada.
Y no solo se trata de ligas. Una de las transmisiones deportivas más vistas en la historia de Estados Unidos fue la pelea de boxeo entre Katie Taylor y la puertorriqueña Amanda Serrano, vista por más de 74 millones de personas a través de Netflix.
Retos financieros, pero visión firme
Aunque el entusiasmo es claro, muchas de estas empresarias han enfrentado barreras para financiar sus proyectos. La mayoría ha recurrido a crowdfunding, inversionistas personales o incluso ahorros de retiro. “Los bancos no quieren prestar dinero a mujeres queer que están abriendo su primer bar. Lo decimos en broma, pero es real”, declaró Monica Brady, quien junto a su socia Rachel Glenn abrirá The Dub en Kansas City.

Otras, como Annie Weaver y Miranda Spencer, abrieron The 99ers Sports Bar en Denver sin empleados adicionales: ambas trabajan de día en otras profesiones y por las noches atienden el negocio. Su lema: “Todo se puede resolver”.
En Long Beach, California, Jax Diener y su esposa Emme Eddy se lanzaron a abrir su bar Watch Me! contra todo pronóstico. Lo inauguraron un día después de recibir su licencia comercial, justo a tiempo para los Juegos Olímpicos de París. “Todos me dijeron que no podría hacerlo en menos de un año. Les respondí: ‘Watch me!’”, relató.
Espacios con luz, color y comunidad
Lo que distingue a estas nuevas barras no es solo la programación en pantalla. Son espacios diseñados con intención: luz natural, colores brillantes, bebidas artesanales, cócteles sin alcohol y programación diversa como noches de trivia, pintura, música en vivo y eventos familiares. El ambiente es diametralmente opuesto al de los bares deportivos tradicionales, donde muchas fanáticas han sentido exclusión o invisibilización.
La mayoría de las fundadoras pertenecen a la comunidad LGBTQ+ y están comprometidas con crear entornos seguros, inclusivos y festivos. “Crecimos sin lugares donde sentirnos cómodas. Ahora los estamos creando nosotras mismas”, dijo Annie Weaver. En The 99ers, por ejemplo, reciben a sus clientes con aplausos y celebraciones espontáneas. “Queremos que la gente sienta que este también es su espacio”, añadió.
¿Y en Puerto Rico, para cuándo?
Aunque en la Isla no existe aún un bar exclusivamente dedicado a los deportes femeninos, hay señales de que podría ser solo cuestión de tiempo. La popularidad del baloncesto, el boxeo y el voleibol femenino —junto con la creciente visibilidad de atletas como Amanda Serrano y Mónica Puig— ha cultivado una base sólida de fanáticas y fanáticos que demandan cobertura y respeto.
Con una escena deportiva vibrante, una comunidad LGBTQ+ activa y una generación de emprendedoras con visión, Puerto Rico podría ser el próximo escenario para abrir un espacio de este tipo. Porque, como dicen en The Sports Bra: “Si no lo ves, no puedes serlo”.
Y aquí, muchas ya están listas para ver… y para ser.
M