Por diseño, el debate se hizo para beneficiar al bipartidismo, tanto así que le dieron dos turnos adicionales en el tema del status a la candidata azul y el candidato rojo.
Por eso en las redes hablan de que Juan Dalmau Ramírez fue invisibilizado. Aun así, en los turnos que tuvo, Dalmau logró llevar su mensaje.
Mientras, Jenniffer González Colón y Jesús Manuel Ortiz se dedicaron a señalarse mutuamente sobre quién es más corrupto.
Pero en ese tema de corrupción la peor parte la llevó González Colón, que no incluye, en su plan de gobierno, nada sobre el tema. La candidata no negó a su primo, quien alegadamente intervino a favor del desarrollador de un proyecto turístico; pero dice que desconoce del donativo a su campaña y que luego se dio permiso de deslinde al proyecto Punta Bandera de Luquillo, que gestionó su primo.

El candidato popular Jesús Manuel Ortiz planteó que la exgobernadora, Wanda Vázquez Garced, a él no lo tuvo que grabar junto al FBI-San Juan, que a González sí porque se sentía sobornada por la comisionada residente. Ella contesta que está acostumbrada a los ataques y que él no tiene capacidad para gobernar.
La comisionada residente indicó que ella representa «el cambio» y parece que se le olvidó lo que le recordó en varias ocasiones el candidato de Proyecto Dignidad, Javier Jiménez: que lleva 22 años en el gobierno y es parte de la quiebra y la mala administración gubernamental.
«Tres veces se ha votado por la estadidad y no ha pasado nada porque el Partido Nuevo Progresista usa la estadidad de anzuelo», destacó el Alcalde. Y afirmó que la estadidad no va a llegar hasta que no administre correctamente el presupuesto local.
Dalmau cerró dando un golpe redondo: los fondos federales están amenazados por la corrupción de ambos partidos que han gobernado. Esa fila de corruptos es del Partido Nuevo Progresista y del Partido Popular Democrático.