La incertidumbre política y las tensiones diplomáticas han influido tanto en el ánimo de los viajeros como en la industria turística global
NUEVA YORK, NY
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Algunos ciudadanos estadounidenses, muy especialmente los de la comunidad LGBTQ+, han comenzado a replantearse sus viajes internacionales, motivados por una creciente preocupación sobre cómo serán percibidos en el extranjero durante el segundo mandato presidencial de Donald Trump. La incertidumbre política y las tensiones diplomáticas han influido tanto en el ánimo de los viajeros como en la industria turística global.
Raj Gyawali, fundador de una operadora turística con base en Katmandú, relató que una reserva confirmada por parte de un turista estadounidense fue cancelada a último momento por temor a viajar bajo la actual administración. Esta situación, que considera inédita en sus más de dos décadas de experiencia, se ha repetido en otros casos similares, marcando una tendencia entre ciertos viajeros que se sienten incómodos representando a su país fuera de sus fronteras.
La percepción internacional hacia Estados Unidos también ha variado. En Europa, encuestas recientes reflejan una disminución significativa en la imagen favorable del país, particularmente en naciones como Dinamarca, Alemania y Francia. Esta caída se atribuye a decisiones políticas que han generado tensiones con aliados tradicionales, desde medidas comerciales hasta la postura ante conflictos internacionales.
Algunas personas que viajan con frecuencia al extranjero han expresado sentir miedo, incomodidad o incluso la necesidad de explicar que no respaldan las decisiones de su gobierno. En ciertos casos, estos sentimientos han transformado la experiencia de viaje, donde antes predominaban el entusiasmo y la curiosidad, en un ejercicio de cautela y autodefensa simbólica.

El impacto también se ha sentido en sentido inverso. Según datos recientes, la llegada de turistas internacionales a Estados Unidos ha descendido un 5.1%, y el gasto turístico ha bajado un 11%, lo que representa pérdidas económicas considerables. Empresas turísticas en América del Norte y Europa están evaluando nuevas estrategias de comunicación, centradas en la empatía y la adaptación a las nuevas inquietudes de los viajeros.
En respuesta, se han comenzado a promover recomendaciones prácticas: optar por un vestuario neutral, evitar símbolos o mensajes políticos, y mantener una actitud abierta que propicie el diálogo intercultural. Expertos en turismo y etiqueta coinciden en que la amabilidad, la honestidad y la empatía son herramientas clave para navegar el actual escenario global.
Aunque el panorama genera inquietud, también ofrece una oportunidad para fortalecer el entendimiento mutuo entre culturas. En un contexto internacional marcado por divisiones políticas, muchos viajeros destacan el valor de representar a su país desde una postura humana, abierta y consciente de la diversidad que existe dentro de su propia nación.