Share This Article
El cabotegravir se perfila como la herramienta más poderosa en la lucha global para erradicar nuevas infecciones de VIH antes de 2030
IRLANDA DEL NORTE, Irlanda
Servicios Combinados
En Irlanda del Norte, organizaciones de salud y activistas por los derechos LGBTQ+ han solicitado al gobierno la adopción de un innovador medicamento inyectable que promete cambiar el rumbo de la prevención del VIH.
El anuncio del viernes pasado en Inglaterra y Gales confirmó que el fármaco cabotegravir (CAB-LA) será incorporado al sistema de salud pública, siguiendo el ejemplo de Escocia, con la meta de erradicar los nuevos casos de VIH en el Reino Unido para el año 2030. La medida ha reavivado los reclamos para que Irlanda del Norte también se sume.
El tratamiento consiste en una inyección administrada seis veces al año, que funciona como una alternativa a la actual profilaxis preexposición (PrEP), basada en pastillas diarias que reducen drásticamente el riesgo de adquirir el virus.
El Departamento de Salud de Irlanda del Norte informó que evaluará la posible implementación de cabotegravir una vez el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención (NICE, por sus siglas en inglés) emita su recomendación final, prevista para el 5 de noviembre de 2025.
Una nueva herramienta en la lucha contra el VIH
El VIH ataca el sistema inmunológico y debilita las defensas del cuerpo frente a infecciones comunes. Aunque las pastillas de PrEP han demostrado ser muy efectivas, no todas las personas pueden o quieren tomarlas diariamente: el acceso puede ser limitado, el tratamiento poco práctico o incluso generar estigma y miedo a ser descubierto por familiares o compañeros de vivienda.
En contextos de vulnerabilidad —como el sinhogarismo o la violencia doméstica— mantener la adherencia diaria resulta aún más difícil. En ese sentido, una inyección semestral representa una opción más conveniente y discreta.
Además, estudios preliminares de un nuevo medicamento inyectable, el lenacapavir, sugieren que podría llegar a ofrecer una sola dosis anual para la prevención del VIH, lo que transformaría radicalmente las estrategias de salud pública.
“Una oportunidad transformadora”
Scott Cuthbertson, director ejecutivo de The Rainbow Project, organización dedicada a la salud integral de la comunidad LGBTQ+, describió la introducción de cabotegravir como “potencialmente transformadora”.
“Irlanda del Norte se ha comprometido con la meta de eliminar la transmisión del VIH para 2030, pero para lograrlo debemos ser audaces e innovadores. Para quienes no pueden o tienen dificultades con los métodos actuales de prevención, este fármaco ofrece una opción adicional dentro del creciente arsenal de medicamentos preventivos”, sostuvo.
Por su parte, Lea Dickson, de Positive Life, la única organización dedicada exclusivamente a personas con VIH en Irlanda del Norte, expresó que sería “profundamente decepcionante” que el país no tuviera acceso al nuevo tratamiento.

“Estamos cerca de eliminar los nuevos diagnósticos de VIH, pero no podremos hacerlo sin un enfoque más firme y una financiación adecuada. En Irlanda del Norte, el estigma, las actitudes conservadoras hacia la sexualidad y las percepciones anticuadas del VIH aún influyen en cómo las personas cuidan su salud sexual”, afirmó.
Dickson añadió que “toda innovación médica que empodere a las personas a cuidar proactivamente su salud sexual debe ser respaldada y promovida activamente”.
Contexto para Puerto Rico
En Puerto Rico, han resaltado la importancia de actualizar las estrategias de prevención del VIH, especialmente entre hombres gays, bisexuales y otras poblaciones clave. Actualmente, la PrEP oral es accesible mediante el sistema de salud pública, pero persisten barreras similares a las observadas en Irlanda del Norte: estigma social, desigualdad en el acceso y la falta de información.
La posible disponibilidad del cabotegravir en América Latina podría marcar un antes y un después en la prevención del VIH, al ofrecer una opción más cómoda, discreta y eficaz. De adoptarse políticas similares en la Isla, Puerto Rico podría avanzar significativamente hacia la meta global de poner fin a las nuevas infecciones para 2030.
