La nueva congresista emitió un comunicado en el que enfatizó su compromiso con los temas prioritarios para las familias de Delaware
WASHINGTON, DC
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La congresista electa por Delaware, Sarah McBride, se convertirá en enero en la primera mujer abiertamente transgénero en ocupar un escaño en el Congreso de los Estados Unidos. Sin embargo, su histórica victoria se ve ensombrecida por una serie de medidas y declaraciones transfóbicas promovidas por legisladores republicanos, quienes buscan restringir los derechos de las personas trans dentro del Capitolio.
Entre estas acciones, destaca una resolución liderada por la representante Nancy Mace (R-S.C.), que pretende prohibir a las mujeres trans el uso de baños alineados con su identidad de género en las instalaciones de la Cámara de Representantes. La propuesta exige que los baños de un solo sexo sean utilizados según el sexo asignado al nacer, y delega en el Sargento de Armas de la Cámara la tarea de hacer cumplir esta medida.
El anuncio de esta resolución fue acompañado de declaraciones extremas, como las de la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.), quien supuestamente amenazó con una “altercación física” si una mujer trans ingresaba a un baño de mujeres. Además, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, expresó su apoyo a esta propuesta, consolidando el respaldo republicano a estas políticas restrictivas.
McBride responde con firmeza
Ante este panorama, Sarah McBride emitió un comunicado en el que enfatizó su compromiso con los temas prioritarios para las familias de Delaware, dejando claro que no permitirá que las “guerras culturales” desvíen su atención de su labor legislativa.
“No estoy aquí para pelear sobre baños. Estoy aquí para luchar por los habitantes de Delaware y para reducir los costos que enfrentan las familias”, afirmó McBride. “Como todos los miembros, seguiré las reglas delineadas por el presidente de la Cámara, Mike Johnson, aunque no esté de acuerdo con ellas”.
Además, McBride calificó la resolución como un intento de distracción por parte de los republicanos. “Este es un intento descarado de distraer del hecho de que no tienen soluciones reales para los problemas que enfrentan los estadounidenses. Deberíamos estar enfocados en reducir el costo de la vivienda, la atención médica y el cuidado infantil, no en fabricar guerras culturales”, expresó en una declaración a la revista especializada The Advocate.
Ataques políticos y condenas generalizadas
La resolución ha sido duramente criticada por legisladores demócratas, organizaciones de derechos humanos y activistas LGBTQ+. Mark Pocan, presidente del Caucus de Igualdad del Congreso, denunció la medida como una distracción política y un ataque cruel hacia las personas trans.
“En lugar de abordar problemas reales, como el costo de vida, los republicanos recurren a ataques discriminatorios para ocultar su incapacidad de gobernar”, afirmó Pocan. “Esta resolución es un intento patético de buscar la atención mediática y el apoyo de figuras extremistas como Donald Trump”.
Laurel Powell, portavoz de la Human Rights Campaign, describió la propuesta como un “espectáculo político” que utiliza la transfobia como herramienta para llamar la atención. “Esta resolución no solo ataca a McBride, sino también a las personas trans que han trabajado y servido en el Capitolio durante años”, dijo Powell.
Por su parte, Ash Lazarus Orr, de Advocates for Trans Equality, señaló que negar el acceso a baños alineados con la identidad de género de las personas trans es una violación de los valores democráticos. “El acceso a espacios públicos es un derecho básico que todos merecemos, sin importar nuestra identidad de género”, afirmó Orr, quien también destacó que medidas similares en otros estados no han generado problemas de seguridad.
El legado de McBride y su enfoque bipartidista
Sarah McBride no es nueva en la política ni en la defensa de los derechos LGBTQ+. Como senadora estatal en Delaware, lideró iniciativas bipartidistas que resultaron en importantes avances, como la aprobación de protecciones para las personas LGBTQ+ y la implementación de licencias familiares pagadas.
Ahora, McBride está decidida a mantener este enfoque en el Congreso, trabajando con colegas de ambos partidos para abordar los desafíos que enfrentan las familias estadounidenses. “Servir en el 119º Congreso será el honor de mi vida. Estoy entusiasmada por construir relaciones con mis colegas de ambos lados del espectro político y enfocarme en lo que realmente importa”, dijo.
Contexto nacional: un ataque coordinado contra los derechos trans
La elección de McBride llega en un momento de creciente hostilidad hacia las personas trans en Estados Unidos. Según datos de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), este año se han introducido más de 550 proyectos de ley anti-LGBTQ+ en todo el país, muchos de ellos dirigidos específicamente contra las personas trans. Estas iniciativas incluyen restricciones al acceso a la atención médica, la participación en deportes y el uso de baños públicos.
A pesar de estos desafíos, la elección de McBride representa un hito para la representación LGBTQ+ en el gobierno y un recordatorio del impacto que tiene la diversidad en la política. “Los habitantes de Delaware me enviaron aquí para hacer el sueño americano más accesible, y eso es exactamente lo que pienso hacer”, concluyó McBride.
El camino hacia adelante
Mientras las tensiones en el Congreso continúan, McBride y sus aliados en el Caucus de Igualdad del Congreso han prometido resistir cualquier medida anti-LGBTQ+ y centrarse en los problemas que afectan a todas las familias estadounidenses. “La historia nos demuestra que el progreso no es fácil, pero es inevitable. Y yo estoy aquí para asegurarme de que seguimos avanzando”, aseguró McBride.