Es una puesta escénica con todas las características de alta calidad a la que nos tienen acostumbrados Edwin Ocasio y Contraparte Inc.
SAN JUAN, Puerto Rico
El True Color Fest 2024 culmina con la puesta en escena de “El Error”, texto del dramaturgo Luis Daniel Estrada Santiago, en cartelera este fin de semana y el próximo en la Sala Experimental Carlos Marichal del Centro de Bellas Artes, en Santurce. Esta es la quinta producción de una cartelera que ha gozado de funciones llenas a capacidad por un público entusiasta y ávido de buen teatro.
Nunca antes la sociedad en general, y la comunidad LGBTQ+ en particular, han estado ante la incertidumbre de un futuro que no se pinta muy halagador, no solo en el aspecto de supervivencia económica, también ante la posible pérdida de derechos civiles y humanos adquiridos.
Ese es el punto de partida en la historia de Julio y Juan. Ellos conforman una pareja compuesta por un hombre negro y closetero que le lleva 16 años a Juan, un muchacho de su época, enamorado del amor y lleno de las ilusiones propias de su edad. A los 20 años de relación, Julio es diagnosticado con cáncer, lo que le lleva a ordenar su vida y poner en orden sus cosas para que, en caso de faltar, Juan quede “protegido”. En uno de esos giros inesperados, quien fallece es Juan, lo que destapa esa realidad cruel e injusta que enfrentaron (y todavía enfrentan) a diario decenas de parejas gay y de hecho en la Isla, a pesar de la aprobación del matrimonio igualitario y la eventual actualización de nuestro ordenamiento legal.
La Sala Carlos Marichal es una íntima de teatro arena. Es el espacio idóneo para “El Error” porque permite la intimidad del asistente con los personajes. La inmediatez del actor con el público crea una energía única, un tête-à-tête que no permite exista la llamada cuarta pared.
Esa energía fue la que crearon los primeros actores de la escena nacional Modesto Lacén y Gerardo Ortiz, junto al nuevo pino, José Enrique Segarra. En la primera escena, precedida por un certero audiovisual que nos resume el año 2005 para ubicarnos en ese momento, el autor y director sienta las bases de una relación bastante idílica en la que ambos, a pesar de que las circunstancias les advierten lo contrario, se sienten en la cima del cielo.
Lacén, un actorazo probado y curtido, nos ofrece a un Julio acabadito de salir del clóset a sus 36 años, fresquecito y con todas las características heteronormativas del boricua 2005. Juan, encarnado por Segarra, en ese momento en sus 19, nunca tuvo que destaparse, siempre se reconoció como hombre gay. La dinámica entre ambos actores fue muy bien lograda, independiente de la veteranía de Lacén. Segarra nos entregó un personaje de altura y con el candor que Juan exige, mientras Lacén fue generoso con su compañero de escena.
La segunda escena, ya ocurrida la tragedia, nos regala un tour de force entre dos de los más recios actores de las tablas nacionales. Modesto Lacén y Gerardo Ortiz llenaron a plenitud la escena, presentándonos la fibra de sus personajes en una zona libre de clichés actorales. Fue un “toma y dame” de los de verdad, sin desperdicio, en el que Julio (ya en sus 56 años) se presenta con sus manerismos y jerga gay (gracias a su aceptación) sin caer en lo trillado. Julio fue trabajado por Lacen con una elegancia espectacular. Ortiz interpreta a Joel, la conciencia, un abogado que viene a ayudar a Julio a ordenar sus asuntos legales ante la amenaza de la familia de su compañero fenecido. Ortiz hizo un trabajo puntilloso con su personaje, lo construyó y revistió de una dignidad absoluta. Su desplazamiento escénico, las inflexiones en el momento justo, las pausas, el silencio oportuno…Soberbio. El trabajo de ambos fue simplemente delicioso.
La dirección escénica de Estrada Santiago fue certera y bien cuidada, excelente su debut directoral. A manera de recomendación, solo le podríamos sugerir que en el bloqueo o desplazamiento escénico de los actores, eminentemente circular, pudo hacer uso de más movimientos en diagonal o transversal. Solo eso.
La producción general de Edwin Ocasio para Contraparte Inc. contó con todas las características de alta calidad a la que nos tienen acostumbrados, honró su impecable trayectoria de éxitos que han dejado su marca en el teatro nacional.
La regiduría de Edwin Batista, diseño de vestuario de Miguel Vando, escenografía de José Manuel Díaz, iluminación de Orlando Carreras, sonido de Edwin Batista, peinados y maquillaje de Carlos Muñoz, los audiovisuales de José Antonio Negrón y la utilería de todos en la producción terminaron de redondear esta excelente oferta teatral.
Quedamos entusiasmados y a la espera del True Color Fest 2025, citando al dramaturgo e intelectual puertorriqueño Roberto Ramos Perea: “El Error es una obra esperanzadora de la desesperanza. Una obra no solo para pensar la injusticia, sino para argumentarla y enfrentarla y cuando ya no quede donde más hablar de ella, empezar a gritarla hasta que se reviente el alma”.