El activista trans denuncia que las nuevas políticas atentan contra la vida y la dignidad de su comunidad
SAN JUAN, Puerto Rico
Por José E. Maldonado Marrero, Pride Society Magazine
Justin Jesús Santiago ha sido una de las voces más firmes y visibles en la defensa de los derechos de la comunidad trans en Puerto Rico. Su activismo ha inspirado a muchos hombres trans a ser más visibles y defender sus derechos, convirtiéndose en un referente dentro y fuera de la Isla.
Su compromiso con la justicia y la equidad ha trascendido más allá de la comunidad trans. Ha estado en la primera línea de lucha por las causas sociales más urgentes del país, razón por la que fue honrado como gran mariscal del Orgullo Boquerón en su más reciente edición.
El hombre de 70 años, quien ha vivido su identidad con orgullo y valentía desde la década de 1970, ha sido parte de hitos históricos para la comunidad trans en la isla. Fue una de las primeras 11 personas transgénero en Puerto Rico que lograron cambiar el encasillado de sexo en su certificado de nacimiento, tras la decisión del Tribunal Federal que permitió esta modificación en los documentos oficiales.
Un frente unido contra la discriminación
En medio de la asamblea de la Federación LBTQ+ de Puerto Rico, en donde múltiples organizaciones se unieron para hacer frente a las nuevas políticas que afectan a la comunidad trans, Santiago lanzó un mensaje claro: “Nos quieren desaparecer, pero seguimos aquí, y no nos iremos a ninguna parte”.
Para él, la Asamblea fue un éxito porque logró reunir a múltiples organizaciones en un esfuerzo colectivo por frenar las políticas que amenazan la seguridad y dignidad de las personas trans en la isla. “Estamos aquí para combatir leyes y proyectos que buscan controlarnos, dividirnos y hacernos invisibles”, afirmó.
El activista explicó que estos ataques no son nuevos y que la comunidad ya los anticipaba desde la aparición del Proyecto 2025, un plan conservador que busca eliminar protecciones legales para las personas trans en todo Estados Unidos y sus territorios. “Se están escudando detrás de nuestra existencia para desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrenta el mundo, especialmente en Estados Unidos y Puerto Rico”, denunció.
El impacto de las órdenes ejecutivas: salud, prisión y derechos básicos en riesgo
Uno de los cambios más alarmantes es la prohibición del acceso a tratamientos hormonales para menores de 21 años, lo que afecta directamente a los jóvenes trans que buscan iniciar su transición de manera segura.
Santiago, quien desde niño supo que era un hombre trans, entiende perfectamente lo que significa enfrentar el mundo con una identidad que muchos intentan invalidar. “Sé lo que es crecer como un niño trans. Es fuerte, es duro, pero no están solos. Nosotros estamos aquí para abrazarlos y apoyarlos”, expresó.
A estos jóvenes que ahora ven su proceso de afirmación de género detenido, les envió un mensaje de resistencia: “No dejen de ser quienes son. Manténganse firmes, hablen, eduquen a sus familias. Su vida vale tanto como cualquier otra”.
Otra de las medidas que más preocupación genera es la decisión de enviar a mujeres trans encarceladas en prisiones masculinas. Santiago calificó esta política como “inhumana y un crimen”, asegurando que equivale a una pena de muerte.
“Van a ser violadas, van a ser asesinadas. Es un castigo brutal que no podemos permitir”, denunció, confirmando que en Puerto Rico ya hay casos de personas trans en prisión en riesgo de ser trasladadas.
La lucha por el reconocimiento legal y la equidad
Santiago ha sido protagonista de algunos de los avances más importantes en la lucha trans en Puerto Rico. Sin embargo, reconoce que la discriminación estructural sigue siendo una amenaza constante. “A la comunidad LGBTQ+ tal vez intenten meterla de vuelta en el clóset, pero a las personas trans nos matan. Si nos quitan el acceso a la salud, nos matan. Si nos quitan la educación y la vivienda, nos matan. Esto es una lucha de vida o muerte”.
Un mensaje a quienes intentan invalidar su identidad
En las calles y en redes sociales, las personas trans siguen enfrentando discursos de odio que buscan negar su existencia. Santiago, que ha vivido décadas de lucha, responde con firmeza:
“El sistema está diseñado para privilegiar a los heteronormales, pero eso no significa que su existencia valga más que la nuestra. Hablan desde la ignorancia y el privilegio”.
Para él, la única forma de combatir la desinformación es con educación y visibilidad. “No nos iremos a ninguna parte. La comunidad trans sigue en resistencia, y vamos a seguir luchando por nuestros derechos, sin importar cuántas veces intenten arrebatárnoslos”.