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¿Policía o persecución? 

El Proyecto de la Cámara 139 pone en riesgo la dignidad de Puerto Rico

SAN JUAN, Puerto Rico

Por Rev. Ignacio Estrada Cepero, para Pride Society Magazine

¿En qué momento decidimos que la vigilancia vale más que la confianza? ¿En qué rincón oscuro del poder se gesta una ley sin consultar al pueblo, sin escuchar a las voces que más sufrirán su impacto?

El Proyecto de la Cámara 139, impulsado por los representantes Ángel Morey Noble y Swanny Vargas Laureano, no es una simple propuesta legislativa. Es un golpe directo a los valores de dignidad, hospitalidad y humanidad que aún resisten en Puerto Rico. Con este proyecto, se pretende convertir a la Policía Municipal en un brazo de Homeland Security e ICE, transformando a quienes deberían cuidar nuestras comunidades en herramientas de persecución migratoria.

Este proyecto rompe la confianza ciudadana, desvía recursos municipales ya insuficientes y expone a nuestros alcaldes a litigios federales millonarios. Pero, sobre todo, hiere el corazón mismo de una sociedad que, aunque golpeada, no ha perdido su humanidad. Lo que se busca con el PC139 es criminalizar la vida, castigar la esperanza y sembrar el miedo en cada hogar donde vive una madre inmigrante, donde juega un niño sin papeles, donde trabaja alguien que simplemente sueña con un futuro mejor.

El 5 de marzo de 2025, la Cámara de Representantes celebró una vista pública para discutir este proyecto. Pero lo que debía ser un espacio de diálogo democrático se convirtió en una muestra alarmante de exclusión: ni una sola organización migrante ni defensores de derechos humanos fueron invitados a participar. Quienes estarán más directamente afectados por esta ley fueron dejados fuera, silenciados.

¿Puede llamarse justa una audiencia que no escucha a los más vulnerables? ¿Puede hablarse de seguridad pública cuando lo que se siembra es el miedo?

La vista incluyó testimonios del Departamento de Seguridad Pública y de la Asociación de Alcaldes, quienes expresaron serias preocupaciones sobre el impacto económico y legal de esta medida. Pero faltaron las voces más esenciales: las de las madres migrantes, los estudiantes sin estatus, los trabajadores esenciales que cargaron al país en la pandemia. Las voces que conocen, desde el cuerpo y el alma, lo que es vivir con miedo.

Como pastor, inmigrante y ciudadano, no puedo callar. Porque en el silencio se normaliza la injusticia. Porque cuando los que alzan la voz por los más vulnerables son ignorados en espacios públicos, estamos ante una farsa democrática.

La policía no puede ser arma del miedo. Puerto Rico no puede convertirse en territorio de persecución. Y la Iglesia, si es fiel al Evangelio, debe estar del lado de quienes son perseguidos, no de quienes persiguen.

A quienes legislan, les recuerdo: ustedes juraron defender los derechos de todas las personas, no solo de quienes tienen ciudadanía estadounidense. Romper esa promesa por cálculo político o presión federal es un acto de traición al pueblo.

Exigimos que el PC139 sea retirado inmediatamente y que se abra un proceso real, transparente y participativo donde se escuche a las comunidades afectadas.

A mi pueblo le digo: no tengas miedo de alzar la voz. Esto no es solo un tema migratorio; es un tema de justicia, de humanidad, de futuro. Si permitimos que hoy la policía persiga a inmigrantes, mañana no habrá límites para lo que puedan hacer con otros grupos.

¡Únete, comenta, comparte! Etiqueta a tus representantes. Hazles saber que Puerto Rico no será cómplice del odio ni del miedo. Que aquí, en esta isla con nombre de esperanza, aún hay gente que cree en la justicia, en la dignidad y en el derecho a vivir sin miedo.

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