Este proyecto de ley no solo ha generado protestas locales, sino que también ha puesto en duda el futuro del Festival de Cine de Sundance en Utah
SALT LAKE CITY, Utah
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La pasada semana manifestantes en el estado de Utah desplegaron una bandera gigante del Orgullo en las escaleras del Capitolio Estatal, después de que los legisladores aprobaran un proyecto de ley propuesto que prohibiría la exhibición de banderas del Orgullo en propiedades gubernamentales, incluidas las escuelas públicas. La legislación, que pasó sin problemas por la Cámara y el Senado dominados por los republicanos, espera ahora la aprobación o veto del gobernador republicano Spencer Cox.
La propuesta, conocida como HB77 o «Enmiendas a la Exhibición de Banderas», impediría que entidades gubernamentales, incluidas las escuelas públicas, ondeen banderas no aprobadas como la bandera del Orgullo en propiedades del gobierno. El proyecto de ley fue patrocinado por los republicanos Trevor Lee, representante estatal, y Daniel McCay, senador estatal, y se aprobó en la Cámara el mes pasado y en el Senado el jueves, tras un intenso debate. Ahora, el proyecto de ley está pendiente de la firma del gobernador Cox, quien el mes pasado firmó otro proyecto de ley que prohíbe que estudiantes transgénero vivan en dormitorios en universidades públicas de acuerdo con su identidad de género.
HB77 facultaría al gobierno estatal para imponer multas de $500 por cada violación diaria a las entidades que no cumplan con la normativa, aunque esta decisión estaría sujeta a revisión judicial. Los críticos han calificado la propuesta como un ataque a la libertad de expresión y a la comunidad LGBTQ+, argumentando que restringe los derechos de libre expresión y excluye a ciertos grupos de la vida pública.
La Unión Americana de Libertades Civiles de Utah (ACLU-Utah) denunció que la ley «establecería un peligroso precedente que amenaza la libertad de expresión para todos». Además, Equality Utah calificó el proyecto de «flagrantemente inconstitucional» y un intento de arrebatar el control a los gobiernos locales y las juntas escolares.
Este proyecto de ley no solo ha generado protestas locales, sino que también ha puesto en duda el futuro del Festival de Cine de Sundance en Utah. Sundance, el famoso festival de cine independiente, se ha celebrado históricamente en Park City, Utah, pero con el contrato de diez años con Park City a punto de expirar en 2026, la propuesta de mover la mayoría de las proyecciones a Salt Lake City en 2027 ha generado inquietudes.
El Festival ha sido un espacio importante para la visibilidad de cine queer e independiente, y los organizadores han advertido que la HB77 podría poner en peligro la relación del festival con el estado de Utah. “¿Qué están pensando?”, dijo una fuente anónima vinculada a Sundance, destacando que la ley «atenta contra la comunidad que el festival ha trabajado por años en desarrollar».
La ley HB77 podría tener consecuencias graves para el futuro de Sundance en Utah, especialmente dada la historia del festival en la promoción del cine queer. En 1992, el festival fue clave en el surgimiento del movimiento New Queer Cinema, y en años recientes ha destacado trabajos de cineastas LGBTQ+. En 2021, el Sundance Institute lanzó el programa Trans Possibilities Intensive para apoyar a cineastas trans de color. Este tipo de iniciativas choca directamente con las leyes propuestas en Utah, que han levantado preocupaciones de seguridad para artistas y asistentes LGBTQ+.

Sundance, que se celebra en Park City y Salt Lake City, también ha enfrentado desafíos en el pasado debido a las leyes del estado que afectan a las personas transgénero. En mayo de 2024, la ley HB257, que obliga a que los baños y vestuarios gubernamentales estén delineados según el sexo asignado al nacer de una persona, entró en vigor, lo que ha generado aún más tensiones con la comunidad LGBTQ+ y la organización del festival. Ante estos desafíos, Sundance ha prometido no cumplir con las leyes del estado en relación con la segregación de baños y vestuarios en el festival de 2025, a pesar de que algunas de sus proyecciones se llevan a cabo en lugares públicos administrados por el gobierno.
El futuro del Festival de Sundance en Utah está en juego, y el proyecto de ley HB77 podría ser el factor decisivo que afecte la relación entre el estado y este evento culturalmente significativo, al tiempo que plantea serias preguntas sobre el futuro de la libertad de expresión y la inclusión en Utah.