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Alarmante ola de feminicidios y desapariciones

12 feminicidios y 45 intentos en poco más de tres meses

SAN JUAN, Puerto Rico

Redacción PSM

La madrugada del domingo 6 de abril, Puerto Rico fue estremecido por el asesinato de Caroline Boe, una joven madre de siete menores de edad, quien fue estrangulada por su expareja en su hogar en Adjuntas. Seis de sus hijos presenciaron el horror. Este crimen, lejos de ser un caso aislado, es el reflejo de una realidad persistente que golpea con fuerza al país.

El más reciente Reporte Mensual de Feminicidios, Desapariciones y Violencia de Género del Observatorio de Equidad de Género de Puerto Rico (OEG) confirma lo que muchas organizaciones llevan años denunciando: la violencia machista sigue cobrando vidas ante la inercia del Estado.

Del 1 de enero al 7 de abril de 2025, el Observatorio ha documentado:

  • 12 feminicidios: 11 directos (6 íntimos, 2 no íntimos y 3 bajo investigación) y 1 indirecto.
  • 45 intentos de feminicidio, incluyendo cinco menores de edad entre las sobrevivientes.
  • 18 mujeres y niñas reportadas como desaparecidas solo este año.
  • 41 mujeres y niñas permanecen desaparecidas desde el 2020.
  • 15 menores han quedado huérfanos de madre como resultado de feminicidios en 2025.

Los feminicidios íntimos, cometidos por parejas o exparejas, representan la mayoría de los casos. Muchas de estas víctimas, como Caroline Boe o Lisalee Escalante, habían intentado separarse de sus agresores. En al menos tres casos, el feminicida se quitó la vida tras cometer el crimen. En varios de los casos íntimos y no íntimos, se utilizó un arma de fuego registrada legalmente, lo que pone sobre la mesa la urgencia de regular con mayor rigor el acceso a estas armas, particularmente en situaciones de violencia doméstica.

El caso más reciente, el de Caroline Boe, revela también fallas sistémicas: aunque la víctima había buscado orientación en la Oficina de la Procuradora de la Mujer y en el cuartel municipal, no se emitió una orden de protección. Boe estaba en proceso de divorciarse y había solicitado ayuda legal con una organización sin fines de lucro.

El feminicidio indirecto registrado fue el de Haryeliz Forty Cepeda, una niña de 13 años asesinada en una balacera vinculada al crimen organizado en Río Grande, que también dejó herida a su hermana de 12 años y cobró la vida de su hermano de 8 años.

En los 45 intentos de feminicidio documentados, los agresores utilizaron diversos métodos: armas de fuego, estrangulación, cuchillos, golpizas y amenazas de muerte. En muchos casos, las víctimas ya habían denunciado patrones de violencia o contaban con órdenes de protección activas que fueron violadas sin consecuencias inmediatas.

El Observatorio también ha identificado al menos dos incidentes en que hombres murieron a manos de mujeres en aparente defensa propia dentro de contextos de violencia de género. Aunque estas muertes no se incluyen como feminicidios, subrayan la gravedad del fenómeno y la necesidad de ampliar el análisis institucional.

El informe detalla cómo las cifras oficiales tienden a minimizar la magnitud del problema al no contabilizar feminicidios indirectos, transfeminicidios ni desapariciones como expresiones de violencia de género. El OEG, por el contrario, adopta un enfoque más amplio y riguroso, siguiendo el Modelo de Protocolo Latinoamericano de Investigación de Feminicidios respaldado por ONU Mujeres.

“Una menos siempre será demasiado. Es momento de desaprender para aprender, de reconocer para evitar invisibilizar y de nombrar para no olvidar”, exhorta el Observatorio en su informe.


¿Qué muestra la data histórica?

Una tabla comparativa incluida en el informe revela una tendencia persistente:

AñoFeminicidios totales
201951
202075
202159
202279
202372
202481
2025 (al 7 de abril)12

Aunque el número en lo que va de año podría parecer bajo, la proyección anual anticipa otra cifra crítica si no se toman medidas inmediatas.

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