Donald Trump y los republicanos tienen una estrategia bien definida: inventan problemas que no existen y luego se presentan como los únicos capaces de solucionarlos. Lo han hecho con la mentira de que los inmigrantes indocumentados son los principales responsables del crimen violento en Estados Unidos y ahora con la supuesta «crisis» de las cirugías de cambio de sexo en menores.
Empecemos por la farsa de las cirugías trans en menores. Trump y su partido han vendido la idea de que hay un «boom» de operaciones de cambio de sexo en niños y adolescentes, y que ellos valientemente están luchando para detenerlo. Pero la realidad dice otra cosa. Las estadísticas muestran que estas cirugías son extremadamente raras, representando menos del 1% de todos los procedimientos de afirmación de género en EE.UU. Y cuando ocurren, es en casos extremos, bajo la recomendación de médicos especializados, y con la aprobación de los padres. En gran parte, estas cirugías, son a menores intersexuales, no a menores trans.
Y hablando de menores intersexuales, es aquí donde se encuentra la gran hipocresía republicana.
Cuando un niño nace intersexual (personas que nacen con características sexuales que no encajan en las definiciones binarias de masculino o femenino), los padres junto con los médicos deciden qué género asignarle y si se le realiza una cirugía. ¿Dónde está la indignación republicana en esos casos? Ahí no les importa porque no pueden convertirlo en una cruzada moral. En estos casos se decide el género del menor, y sobre todo sin su consentimiento. El problema de los republicanos y los conservadores no es con las cirugías, su problema es con la existencia misma de las personas trans y con la autonomía de los padres y médicos cuando no sigue su ideología.
Lo mismo sucede con el crimen. Trump y los suyos han repetido hasta el cansancio que los inmigrantes indocumentados son la principal causa de los delitos violentos en el país. Pero los datos oficiales desmienten esta mentira descarada. De hecho, las tasas de criminalidad entre los inmigrantes indocumentados son mucho más bajas que las de los ciudadanos estadounidenses. Es decir, si quieres reducir el crimen en EE.UU., lo último que deberías hacer es perseguir inmigrantes. Pero claro, a los republicanos no les interesa la realidad, sino crear miedo y paranoia para movilizar a su base.
¿Por qué funciona esta estrategia? Porque los republicanos saben que su base es fácil de engañar. Se apoyan en la religión porque saben que la fe, por definición, implica creer sin evidencia. Y si alguien está acostumbrado a creer sin pruebas lo que le dice su pastor, también creerá sin cuestionar lo que le dice su líder político. Esa es la razón por la que Trump y su partido quieren eliminar el Departamento de Educación: entre menos educada esté la población, menos preguntas hará, menos desafiará el poder y más fácil será manipularla con cuentos inventados.
Es hora de indignarnos. Nos tratan como tontos, nos mienten descaradamente, y luego nos piden que les agradezcamos por protegernos de problemas que ellos mismos fabricaron. Basta ya de permitir que esta mafia política siga jugando con la ignorancia y el miedo. Porque cuando un pueblo deja de cuestionar y empieza a creer ciegamente, deja de ser libre.
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