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Cuando el humo blanco no es suficiente

El nuevo Sumo Pontífice no puede escapar al escrutinio

San Juan, Puerto Rico

Por Rev. Ignacio Estrada Cepero, para Pride Society Magazine

El pasado 8 de mayo, la Iglesia católica vivió un momento histórico con la elección del cardenal Robert Francis Prevost como nuevo Papa, tomando el nombre de León XIV. Su elección marca varios hitos: es el primer papa nacido en los Estados Unidos, aunque también con ciudadanía peruana, país donde desarrolló gran parte de su ministerio misionero. Además, es el segundo Pontífice consecutivo en provenir de una orden religiosa, los agustinos, tras el papado jesuita de Francisco.

Las primeras imágenes del nuevo Pontífice han causado reacciones encontradas. Unos celebran su tono pastoral, su llamado a la unidad y la inclusión, su español fluido, su tono pausado y su sonrisa serena. Otros, sin embargo, expresan reservas ante su aparente moderación y la falta de claridad sobre temas neurálgicos que atraviesan a la Iglesia y al mundo actual. ¿Será León XIV un heredero del camino abierto por Francisco? ¿O marcará un punto de inflexión, una pausa, o incluso un retroceso?

Más allá de la elocuencia inicial

En su primera alocución como Obispo de Roma, León XIV empleó un lenguaje universalista, invitando a la unidad de la Iglesia y al cuidado de todos los pueblos. Pero no basta con palabras bellas. El mundo ha escuchado muchas veces frases cuidadas que luego no se tradujeron en acciones transformadoras. ¿Qué hay detrás de ese tono sereno? ¿Hasta dónde llegará su compromiso con los cambios iniciados por Francisco?

El legado de Francisco aún está en juego

Jorge Mario Bergoglio abrió puertas, aunque sin cruzarlas del todo. Su papado estuvo marcado por reformas eclesiológicas, gestos de cercanía y una agenda social que incomodó a sectores tradicionales. Entre sus principales líneas se encuentran:

  • El impulso de la sinodalidad, entendida como un proceso de escucha comunitaria y descentralización del poder clerical.
  • La tolerancia pastoral hacia las personas LGBTIQ+, aunque sin modificar doctrina.
  • La apertura al debate sobre el celibato opcional en algunas regiones.
  • El nombramiento de mujeres en posiciones de mayor responsabilidad dentro de la Curia, aunque sin permitir la ordenación.
  • La denuncia de los abusos sexuales y la lucha contra la corrupción financiera del Vaticano.
  • La crítica abierta a las políticas migratorias excluyentes, a la ideología de supremacía y al capitalismo deshumanizante.

Francisco no fue perfecto, pero dio pasos concretos que rompieron inercias centenarias. La pregunta es: ¿cuál será el paso de León XIV?

¿Y las mujeres en la Iglesia?

León XIV ha sido claro en su oposición a la ordenación sacerdotal de mujeres. Durante el Sínodo sobre la Sinodalidad de 2023, expresó que esa propuesta no resuelve la desigualdad y advirtió que «clericalizar» a las mujeres puede traer nuevos conflictos (Infobae, 8 de mayo de 2025). Aun así, apoyó que las mujeres participaran activamente en procesos de decisión importantes, como la selección de obispos, algo que promovió como prefecto del Dicasterio para los Obispos (Chicago Catholic, 8 de mayo de 2025).

¿Es esto verdadera inclusión? ¿O solo una redistribución limitada del poder?

Sexualidad, género e ideología

En cuanto a temas de sexualidad e identidad de género, aunque como Papa aún no se ha pronunciado públicamente, sí existen declaraciones previas que revelan su postura. En 2017, cuando era obispo de Chiclayo, Perú, se opuso a la implementación del currículo nacional de educación con enfoque de género, afirmando que este «confunde a los niños y promueve ideas contrarias al plan de Dios para la creación» (La Nación, 8 de mayo de 2025).

En 2017, cuando era obispo de Chiclayo, Perú, se opuso a la implementación del currículo nacional de educación con enfoque de género, afirmando que este «confunde a los niños y promueve ideas contrarias al plan de Dios para la creación» (La Nación, 8 de mayo de 2025).

Asimismo, en un discurso de 2012 señaló que “el estilo de vida homosexual” era una expresión cultural ajena al Evangelio y criticó que los medios la promovieran (eldiario.es, 8 de mayo de 2025). Estas declaraciones lo ubican dentro de una línea doctrinal claramente conservadora, aunque matizada por un lenguaje pastoral.

Un papa entre dos mundos

Formado en Estados Unidos, pero profundamente latinoamericano por experiencia pastoral, León XIV representa una figura híbrida. Su paso por Perú, su liderazgo como prior agustino y su cercanía a comunidades empobrecidas son rasgos que podrían traducirse en sensibilidad social. Pero sus posturas doctrinales parecen marcar límites claros a toda posible reforma profunda.

Un papa en tiempos de tensión global

¿Hasta qué punto su ciudadanía estadounidense influirá en su relación con los gobiernos del norte global, especialmente si el populismo conservador continúa avanzando? ¿Alzará la voz contra la violencia estructural, la xenofobia, el racismo, o la exclusión LGBTIQ+, como lo hizo Francisco? ¿O su tono moderado se traducirá en silencio?

Una Iglesia en manos religiosas

El hecho de que sea el segundo Papa consecutivo proveniente de una orden religiosa no es menor. Francisco, jesuita. León, agustino. En el colegio cardenalicio actual, la presencia de religiosos ha aumentado, lo cual podría indicar una sensibilidad pastoral distinta, pero no necesariamente una visión más progresista. El desafío está en discernir si esa espiritualidad se traducirá en estructuras nuevas o solo en formas distintas del mismo poder.

Vestiduras y señales

No pasó desapercibida la diferencia estética entre ambos pontífices. Francisco apareció en 2013 con sotana sencilla, cruz de hierro y sin capa. León XIV se presentó con ornamentos más formales, capa blanca, cruz plateada y un anillo papal de mayor tamaño. ¿Estética? ¿O un indicio de retorno simbólico a los signos del poder clerical?

Preguntar no es atacar, es amar a la Iglesia

Quienes creemos en una Iglesia viva, no nos conformamos con el humo blanco. Queremos transparencia, coherencia y valentía profética. Queremos una Iglesia que escuche y camine con los pueblos. Que acompañe, que denuncie, que se transforme.

Formado en Estados Unidos, pero profundamente latinoamericano por experiencia pastoral, León XIV representa una figura híbrida.

Este artículo no busca juzgar anticipadamente al nuevo Pontífice. Pero sí invita a mirar más allá de las palabras bonitas y de la emoción inicial. La fe no es ciega. La esperanza no se basa en ilusiones. El Evangelio nos pide discernir los signos de los tiempos. Y hoy, ante León XIV, necesitamos más preguntas que respuestas rápidas.

¿Será este nuevo pastor un continuador del camino abierto o un guardián de las estructuras del pasado?
¿Será aliado del Reino que Jesús proclamó o custodio de un poder que ya no tiene rostro evangélico?
¿Qué Iglesia nos aguarda en los próximos años?

Preguntémonos. No para dividir. Sino para despertar.

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