De la mano del presupuesto va la cantidad de invitados
SAN JUAN, Puerto Rico
Por Amanda Díaz de Hoyo
El verano siempre nos ofrece la oportunidad de preparar algún festejo, sea una reunión sencilla, un brunch dominguero, una cena relajada o formal o una barbacoa en la terraza.
Si eres el anfitrión, no te compliques la existencia y busca tu zona de confort. Considera estas recomendaciones antes de ir de tomar decisiones, pues con frecuencia, si no hay organización se pierden buenos recursos. Entre estos, el dinero y no estamos para gastar de más.
Presupuesto: Conviene siempre fijar un presupuesto para los espíritus fermentados y destilados. Podemos optar por solo limitarnos a vinos y excluir otras bebidas, lo que nos ahorra bastante. Se pueden conseguir buenos vinos en el segmento de $15 a $20 y no se ofende paladar alguno.
De la mano del presupuesto va la cantidad de invitados. Hay que decidir qué cantidad de invitados podemos atender con comodidad. Pero wait!, antes de irnos de compra de vinos debemos ver qué tipo de actividad y la hora, precisamente lo que sigue a continuación.
Hora y tipo de actividad: Determina la hora y la actividad. No es lo mismo un brunch en el que puedes servir mimosas y wine cocktails, que una cena más formal, en cuyo caso requiere un vino de aperitivo, comúnmente un blanco ligero, un tinto (dependido del menú escogido) y uno dulce para el postre o un “after dinner”. Una tarde en la terraza con barbacoa y piscina manda vinos ligeros y más relajados.

La temperatura: Ay, bendito sea el calor…Si vas a estar con tus invitados en un área con acondicionador de aire, estás querido. Quiero puntualizar que con calor un vino no se aprecia, y menos los vinos corpulentos, que son los tintos robustos. A parte de que te hacen sudar la gota gorda, pueden causarte malestar por deshidratación rápida. Por ello, las actividades al aire libre se llevan a cabo al atardecer y se optan por vinos que se sirven frescos. Estos vinos son los blancos, los rosados y los espumosos. Más adelante hago apuntes al respecto.
Otras consideraciones incluyen el gusto de los invitados: ¿Todos toman vino? Si es así, y aplicando las prácticas de un anfitrión responsable, una botella puede darte hasta seis copas. Todo en moderación. Me detengo un poco en aspectos de responsabilidad en servicio: hay que mantener agua disponible para el consumo, verificar quien está tomando de más y si al final hay alguna persona no apta para conducir, que se quede en el lugar, coma y deje de consumir alcohol. Un conductor designado o llamar a un Uber puede evitar problemas mayores.
En verano usamos más los espumosos, los blancos y los rosados: Se sirven fresquitos, son más ligeros en paladar y maridan con muchas de las opciones de picadera. Además, al colocarlos en una hielera de vinos, le das un toque elegante a tu actividad. Sugiero que se tenga un vino tinto en resguardo porque puede ser un aliado de algún paladar. Puede ser un pinot noir o garnacha, que son vinos más ligeros en su paso por boca.
Me detengo en los espumosos: Aquí podemos encontrar proseccos, que son vinos italianos elaborados de la cepa glera y proceden del Veneto, y que se consiguen fácilmente a precios democráticos; los cavas, que provienen de España, mayormente de la zona del Penedés y para su elaboración se usan las cepas parrellada, xarello y macabeo (Viura) también con precios asequibles; y obviamente, el rey de los vinos franceses, el champán, cuyo nombre solo se usa cuando provienen de la zona de Champagne, y para su elaboración se usan tres cepas muy importantes: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. Los precios de estos pueden variar por diferentes consideraciones, como producción, clasificación, casa champanera y puntuaciones. Estos temas los dejo para otra ocasión.
En vez de copas de cristal, si la actividad no se rige por estricta formalidad, los vasos que mantienen frescas las bebidas son un éxito. Se pueden conseguir con facilidad, de colores variados y le dan un toque simpático a la actividad.
Algo que se estila es ofrecer otras opciones de bebidas cuando se trata del verano. Pueden prepararse cócteles con base de vino muy fáciles de confeccionar. Uno de mis favoritos es el tinto de verano, que lleva vino, limonada y un poco de refresco efervescente o agua con gas.
En realidad, no hay que quedarse en números rojos en la cuenta si se planifica un compartir entre amigos, y como buenos colaboradores, siempre existirá quien pregunte “¿qué llevo?”… A parte de la presencia y la compañía, será tu imaginación la que responda.